sábado, 29 de julio de 2006

En el mundo de nunca jamás.

Escuche al chofer del microbús, mientras manejaba entre la gran calle llena de baches y agua por las lluvias torrenciales que recién habían caído, le comentaba algo de política a una señora que se encontraba detrás de éste.
Yo solo veía hacia la calle a través de la pequeña ventana, hacia el gran mundo que ahora estaba empapado, con gente tratando de atravesar esos caudales. Hubiera puesto atención en esas vidas y esas cosas que me hacen vagar cuando voy en un autobús, pero preferí viajar más allá, al encanto que todos los días por medio de la imaginación puedo llegar, hacia un mundo por el cual uno solo sabe el camino.
Pronto, ya no escuchaba la plática del chofer y de la señora, no me percate en el momento en el que deje de ver lo que miraba, ni segura del lugar por donde andábamos, mi parada tal vez ya no la reconocería. Me quede con un solo respiro, como cuando uno duerme y el ritmo del mismo baja hasta un punto donde podría asegurarse que no te mueves. No se bien en donde comencé mi viaje (es lo que me desagrada) pero ya estaba allí, donde solo hubiera podido darle vueltas a mis problemas o crear un mundo en el cual yo rigiera las reglas, a pesar de que los primeros me arrastraban hacia la línea de la cual es fácil salir (me refiero a la cordura) decidí dejarlos y de una vez llegar a lo más fantástico que puedes experimentar (al menos para mi) en la vida, el lugar donde puedes bloquear y destruir barreras, donde puedes crear a la persona perfecta o imperfecta en la perfección, donde no necesitas de alimento ni de reglas, donde puedes imaginar lo inimaginable; llegue al mundo de nunca jamás, donde hubiera preferido quedarme, donde hubiera querido seguir soñando, aunque tal vez seria solo creación de lo que ya se haya grabado en mi memoria. Todo sucedió en un momento, cuando de repente, sentí una leve sacudida en el hombro, era la señora de al lado que me despertaba, en eso, vi mi parada pasar y grite al chofer que bajaban, toda aturdida por la manera tan súbita de levantarme, solo iba imaginando la manera en la cual podría bajar hacia ese mundo inundado.

"Se lo dedico a esos momentos donde preferiría que fuese mi imaginación" Pavillo

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